Hoy he completado un capítulo que me traía de cabeza. Qué alegría y liberación se siente cuando, después de haberle estado dando vueltas durante semanas, uno retoma con fuerza el lienzo emborronado por ideas que no llegan a expresar lo que se pretende y esculpe la tinta para que, de una vez por todas, se acerquen un mínimo a lo que uno tiene en mente.
Es un triunfo porque hasta se me había presentado la firme resolución de abandonar el proyecto. Tal es así que llevaba un tiempo sin teclear más que alguna entrada de este blog. Mi ejercicio literario se había visto reducido a garabatear en mi diario los cinco minutos diarios que se han convertido en sagrados.
Y había perdido la escasa velocidad de mecanografía que había adquirido…Ah, pero aquí estamos de nuevo, después de haber coronado la cima de otra cumbre que se me resistía.
El capítulo trata sobre las relaciones entre humanos desde el paleolítico y si somos por naturaleza monógamos o polígamos. Un tema controvertido y que hay que tratar con la máxima delicadeza, por muy científico que uno se quiera poner. Pues bien, creo que el texto divulgativo finalmente ha quedado listo para la última edición del libro.
Sexto capítulo de diez… Se aproxima la publicación de un auténtico best seller de divulgación científica.


