Otro tesoro que ha caído en mis manos. Hace un día me enteré de que se acababa de publicar este hermoso manual de reglas con un aspecto irresistiblemente ochentero, a la usanza de los fanzines que circulaban entre esa antaño rara especie que se conocía como jugadores de rol.
Es un juego que hoy en día llaman de escritura de diario, o journaling si empleamos la lengua albionesa. Es un entretenimiento que requiere de cierta introspección y de una suerte de estado de trance inspirador que es fácil alcanzar gracias a las descripciones y encuentros que figuran en su interior.
En la historia encarnas a un escriba que deambula por el camino de Wisteria. El viaje del escriba se teje con los hilos de encuentros inesperados. Y esta es la parte más deliciosa y encantadora del juego, pues los encuentros aparecen bellamente narrados en el manual.
Así que, equipado con dos dados de veinte caras para conocer qué escena aguarda a cada revuelta del camino, un cuaderno y un lápiz para anotar mis periplos por este reino olvidado y una gran dosis de ilusión, me lanzo a esta aventura onírica.
El viaje no está exento de peligros, ya que existen encuentros catalogados como de Horror o de Magia abrumadora que te harán olvidar alguna de las escasas memorias que atesoras. Si pierdes todas, caerás en el olvido y tus andanzas finalizarán para siempre.
En una futura entrada mostraré un par de turnos narrados en mi cuaderno...


