Mi tema favorito es la evolución. La evolución de las especies en los aspectos morfológicos, genéticos y adaptativos y, dentro de las especies, la evolución de los homínidos me parece la más fascinante.
Acostumbro a formular hipótesis de las causas de los procesos que ocurren en el cuerpo humano y en la sociedad desde el punto de vista evolutivo. Se me ocurren desde las explicaciones más infantiles hasta las más razonables científicamente. Después, me gusta investigar acerca del tema y los últimos artículos escritos. Muchas veces algunas de mis hipótesis, por descabelladas que parezcan, ¡coinciden con las de los expertos en ese campo en concreto!
El otro día mantenía una conversación acerca de la menopausia y de sus perjuicios, y de los motivos, aparentemente inexistentes, de este proceso.
¿Por qué ocurre este fenómeno? Se me viene una frase a la cabeza de la película de El Señor de Los Anillos: “Las hojas de Lórien no caen sin razón”. En el caso de la evolución, ocurre lo mismo, no actúa sin motivo, aunque muchas veces trabaja de forma chapucera con lo que tiene. Aquí se me viene la escena de otra película, “Apolo XIII”, aunque en otra entrada explicaré por qué (si me acuerdo).
Hablaba de la menopausia. ¿Por qué las mujeres sufren este episodio tan traumático que les hace perder la fertilidad? Y si la finalidad (biológicamente hablando, por favor) de los seres vivos es perpetuarse mediante la reproducción, ¿por qué la hembra Homo sapiens puede vivir muchos años después de no ser fértil?
En la mayoría de las especies, las hembras pueden tener descendencia hasta su muerte. Sin embargo existe una importante diferencia; las crías del resto de mamíferos pueden valerse por sí mismas (hasta cierto punto) casi desde un primer momento. Perros, caballos, ciervos, tigres… Todos pueden moverse desde que son lanzados a este cruel mundo. Un bebé tardará aproximadamente dos años en caminar, y por cierto que lo hará de forma torpe. Además, se encontrará completamente desvalido, y para asegurar la perpetuación de la especie, alguien debe ocuparse de él.
¿Y si el padre debe ir a cazar y la madre debe recolectar para traer el sustento al hogar? Hoy en día, es muy habitual que ambos progenitores en la familia deban pasar gran parte del tiempo fuera de casa para trabajar. ¿Qué hacemos con los niños? ¿Con quién se quedan?
Es ahí donde entra la figura de la abuela. Debemos pensar que si la abuela tuviera que ocuparse de sus propias crías, no podría hacerse cargo de sus nietos, y en el ser humano esta labor protectora es fundamental.
La evolución decidió otorgar más probabilidades de éxito a nuestra especie inventando un sistema que asegurase una figura protectora sin posibilidades reproductivas, y que pudiese centrar su atención en sus nietos. Inventó la menopausia.
Como curiosidad, diré que no es una estrategia exclusiva del ser humano, las orcas y una especie de delfines también basan su supervivencia en la menopausia y las abuelas. Para ellas también es más beneficioso que las hembras veteranas empleen su energía en apoyar a sus nietos y no en en aumentar la descendencia.
Si interesa el tema, no vendrá mal echar un vistazo a la hipótesis propuesta en 1957 por George C Williams: "La hipótesis de la abuela".
P.S. ¿Y qué ocurre con los machos? ¿Por qué son fértiles durante prácticamente toda su vida? Un buen tema para otra entrada.




